Me desperezo y corro las mantas. Pantuflas, agua fresca y café con leche -en ese orden- son las primeras cosas que me pongo en la mañana. Como siempre, a eso de las 9:30, abro la puerta y ...¡¡Zac!!...
Luego que me repongo del golpe, veo al muchacho que reparte los diarios pedalear calle abajo:
"¿Te asombraste, nabo?" me grita el chico desde lejos.
"Otro lector activo del blog" pienso.
Sereno, recojo el semanario y me dispongo tranquilamente, a leer los titulares...