Este fin de semana soñé con volar. Lo más hermoso fue la experiencia en sí. Lo más llamativo, a pesar de que ya todos lo sabemos, es tomar conciencia de lo insignificante que somos. Una basurita pequeña flotando en el aire y que solo algunos llegan a ser una basurita un poquito más importante, osea una personalidad histórica. Seguramente, estos fantásticos y sobresalientes personajes universales, no sean más que una mota de polvo que termine pegada en un moco de la nariz de Dios.