(!)Toda ciudad que se precie de tal debe tener su mercado de pulgas, y la mía no es la excepción, se la conoce como la feria de Tristán Narvaja, y al igual que Saint-Ouen en Paris y El Rastro en Madrid, tiene todo lo que debe tener un fenómeno de esta índole: ropa vieja, revistas y libros antiguos, sellos postales y monedas de colección, muebles restaurados, animales en vía de extinción y un largo etcétera. La biblia junto al calefón como decía Enrique Santos Discépolo en el tango Cambalache. Por supuesto no falta el viejo y querido juego de las tasas, mejor conocido como la mosqueta, sin duda uno de los pasatiempos más peligrosos que un ser humano pueda jugar.
Nota enviada por un lector asombrado, Juan, que preparó una serie de cuatro entradas basadas en los juegos peligrosos, pero no por eso poco comúnes (Ir al blog personal de Juan dedicado a la ilustración)
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Es cierto, en Uruguay hay muchas especies en extincion y son las que mas se cotizan en el mercado del primer mundo. Lo peor de todo es que son tan baratas que cualquier gringo se la puede llevar a su casa. Eso si, ellos no saben lo que puede pasar si el chucho se les escapa...
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